Hoy hemos tenido la reunión anual de la APYMA del IES con los y las delegadas del alumnado. Es una reunión en la que exponen los problemas que tienen en cada grupo con los profesores y profesoras, ya sean de disciplina/convivencia, de desfase entre explicaciones y evaluaciones, de falta de claridad, de arbitrariedad… y también les pedimos que nos hablen de aquellos y aquellas que a su juicio son los “mejores” en el desempeño de la labor docente. Es una actividad que nos sirve para dar al alumnado otra visión de lo que hacen las familias en relación con su educación, con el funcionamiento del centro... para que sepan que estamos ahí... y para que la dirección del centro no olvide porqué estamos. Lo que el alumnado cuenta en esta reunión se comparte después con el equipo directivo, que en general ya sabe lo que hay, pero no siempre.
Hoy se repetía un lugar común: en todas las clases de todos los cursos desde 1º de la ESO hasta 2º de bachiller, los chicos (y en menor grado, las chicas) HABLAN durante toda la clase en la mayor parte de las sesiones, interfiriendo con el curso debido de las materias…
Me preguntaba si esto no haría sonar una campanita en ninguna cabeza, si nadie se dará cuenta de que el alumnado ha cambiado pero el profesorado no, y su forma de dar clase, en general, tampoco, si seguiremos pensando en medidas disciplinarias, si… si en nuestra interpretación parcial de adultos educados en otro marco seguiremos haciendo la lectura de la falta de respeto del alumnado hacia el profesorado, en lugar de hacer la OTRA lectura: el sistema falta al respeto a las familias y al alumnado, aferrándose a la tarima, y a la lección unidireccional, cuando el control del aula está definitivamente perdido por ese camino…
¿Cuándo abriremos los ojos?
Foto de Daniel Dionne
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