domingo, 24 de febrero de 2008

Adolescentes (Intro)

Uno de los motivos que me han impulsado a abrir este blog es una sensación de conexión cósmica con la Adolescencia – quiero decir, con el colectivo adolescente. Posiblemente empujada por mi situación personal, dedico muchas horas del día a tratar de entender, desenmascarar, analizar (y muchos más verbos de las tres conjugaciones) a una adolescente en concreto, y a su entorno que adole(s)ce igualmente.


Tengo que decir, además, que durante mi propia adolescencia no recuerdo haberme sentido especialmente incomprendida en mi casa. De hecho, creo que no tuve grandes desaveniencias con mis padres, ni creo que ellos sufrieran durante esa época por un clima particulamente conflictivo en la familia.

Así que me siento con fuerzas para hablar de ellos y con ellos. Para explicarles a ellos qué sentimos y qué queremos nosotros (por lo menos, algunos de nosotros). Para explicar a otros qué sienten y qué quieren ellos (o algunos de ellos). Mi adolescente me lo pone muy fácil por que no me hace sufrir. A veces me cabrea, o me preocupa, o me obliga a pensar, pero no me hace sufrir.

Voy a escribir sobre adolescentes poque me produce un enorme bienestar la sensación de que comprendo lo que está pasando. Muchos me entenderéis si os digo que quiero que me caiga este problema en el examen, por que además de sacar buena nota, lo pasaré bien haciendo el examen... Daniel Goleman, el gurú de la Inteligencia Emocional, llamaba a esto “estar en estado de flujo”.

Sin embargo, sed comprensivos, entended que el día a día es diferente, y que no todo el conocimiento (I) es susceptible de convertirse en herramienta (+D), y mucho menos de manera inmediata (+i).

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