jueves, 3 de abril de 2008

La escuela y la educación

Siempre me he preguntado cómo debía ser exactamente el reparto entre los padres y la escuela en la educación de los niños. Por supuesto, la respuesta es que "depende" de los niños, la escuela y los padres. Muchas variables. Una tiende a pensar que aquello en lo que los padres llegan peor será lo que el maestro o la maestra (en adelante, sólo la maestra, como fórmula mixta, por economía del lenguaje y por evidencias estadísticas), como decía, será lo que la maestra elija para hacer más hincapié, o aquello en lo que el niño esté más flojo... Sin embargo, la aproximación más simple que he oído no va por ahí: los padres educan y la escuela forma. Bueno, seguramente esto es lo que debía ser hace tiempo, cuando los valores más básicos formaban parte del acervo cultural, en tanto que el conocimiento estaba en el haber de unos pocos. Ahora no es exactamente así la cosa. Sin tener unos datos precisos, creo que la población en general está más formada ahora que antes, por ejemplo, cuando se estableció la enseñanza obligatoria hasta los 14 años. Y, sin embargo, aunque se hayan introducido eso que llaman contenidos transversales, basados en valores noroccidentalmente válidos como la solidaridad, los derechos humanos, o el respeto al medioambiente, otros valores han sido dejados de lado tachados de "adoctrinamiento" por el establishment educativo.
Por otra parte, al hacer la escuela un derecho de todos los niños, se han integrado niños con capacidades motoras, o intelectuales, o sensoriales que dificultan de manera significativa su capacidad de aprendizaje. Esto es parte de lo que se conoce como atención a la diversidad.

¿Así pues, la escuela está, por fin, al alcance de todos?

Pues creo que no. Creo que sigue habiendo niños que lo tienen muy difícil pero por motivos bien diferentes. Niños que pasan el día en otro planeta, donde se divierten y encuentran desafíos para su inquietud por conocer y por crear. Estos niños deben asistir a la escuela las mismas horas que los demás, para aprender los contenidos que se enseñan en una décima parte del tiempo, y sin embargo no les van a enseñar a adaptarse, a socializar, a canalizar sus ganas de saber o su capacidad de crear. La escuela les va a enseñar a sumar durante 4 años, a multiplicar durante otros 4, y sin embargo, no les va a enseñar nada que no esté en "curriculum de ciclo".

Mi pregunta a los políticos, a los administradores, a las maestras, es: ¿cuál es la diferencia, repecto a lo que debe darle un sistema educativo universal, entre un niño que está en un extremo de la gaussiana por la izquierda, y uno que lo está por la deracha? ¿Qué juicio moral y judeo-cristiano estamos haciendo sobre las capacidades intelectuales para que, cuando uno es niño, y depende aún de los adultos, necesite y merezca más atenciones especiales en la escuela si está en uno de esos extremos que si está en otro?

De hecho, no es lo mismo intentar empujar a los niños del extremo izquierdo hacia la zona que rodea el centro, en la que están la mayoría de los niños - esto es, estimular - que empujar a los del extremo opuesto a esta misma zona - esto es, amputar. Es muy triste que, habiendo distribuciones gausianas en tantas dimensiones, no se elija de cada individuo aquello en lo que necesita refuerzo para dárselo.

Estoy segura de que todos los niños podría sacar un buen partido de la escuela, si todos pudieramos admitir que las necesidades educativas de los niños no dependen de lo que las origina, ni medirse únicamente por la capacidad de adquirir conocimientos o destrezas.


1 comentario:

  1. Después de tantos días sin que hubiera nuevos posts, esta es una reflexión extraordinariamente lúcida. La educación es el principal activo que tenemos, por mucho que nos quieran hacer pensar otra cosa. Desafortunadamente, las decisiones de política educativa, parecen más motivadas por "satisfacer necesidades" que por atender a criterios formativos. Evidentemente, si se planteara de esta última manera, la atención a los estudiantes debería de ser mucho más personalizada.

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