jueves, 7 de abril de 2011

DE IDEAS, DE PALABRAS, Y DE INCOMPRENSIBLES ADOLESCENTES

Esfuerzo, dedicación, sufrimiento, sacrificio, voluntad, compromiso…

Me preocupan los conflictos terminológicos que nos gastamos últimamente... Resumen: ¿de verdad creéis que todas esas palabras están en el mismo paquete, y que hay que sufrir para aprender?

Me gustaría que hiciéramos todos una pequeña reflexión (o grande) sobre cómo estudiamos, cómo aprendimos lo que sabemos. ¿Con qué cosas sufrimos cuando estábamos en la escuela o el instituto? ¿Sufrimos por el esfuerzo?¿Sufrimos por el desinterés? ¿Sufrimos con lo que no nos interesaba porque nuestra meta estaba clara?

¿Podemos hablar de sacrificio cuando lo que hacemos era estrictamente para nuestro beneficio personal? Y si es así, ¿qué valor moral tiene eso? ¿No deberíamos hablar, más bien de compromiso con nuestro proyecto vital? ¿Y a qué se debe que las personas adolescentes no encuentren un proyecto con el que comprometerse? ¿Es de nacimiento? ¿Es que ellas mismas lo han elegido, ya han forjado una personalidad gandula y poco entusiasta en el tiempo que llevan viviendo?

No me gusta cuando oigo que al alumnado de ahora no le gusta esforzarse, no entienden que sin sacrificio y abnegación no se llega a ningún lado… Analicemos esto un poco, con honestidad, que es lo que siempre os pido:

1. En primer lugar, he oído a profesorado de secundaria quejarse del alumnado de 1º y 2º de eso, comparando con… ¿con quiénes? Esos niños y niñas estaban en la escuela, con una adolescencia ya imparable… Por citar algún ejemplo, puedo citar mi propia clase de 8º EGB (13 años): durante ese curso, nos escapábamos en el recreo a la calle, para echar un pito o un peta, comprar galletas o patatas fritas en el super, y hacer unas risas a costa de Don Ramón o Doña Charo… Mi amiga Paz se quedó embarazada. Había expulsiones, y capones, y castigos… y de esto hace unos 30 años… Yo creo que no éramos diferentes. Solo éramos nosotras, nosotros, y nos tenemos en gran estima, además de querernos… ¿no?

2. ¿Acaso a vosotros os gustaba esforzaros? A mí, solo para lo que me interesaba. Para lo demás, la Máster Card: esto es, lo suficiente para pasar el escalón y acceder al siguiente. He sufrido con todo lo que no he conseguido que me entretenga, o mejor dicho, que me desafíe intelectualmente, o emocionalmente: hacer esta integral o ligarme a ese tío o convencer a mi rival en la discusión de turno. Así, al mismo nivel. En mi adolescencia siempre sentí que tenía delante retos… o muermos. Pero digamos que fui capaz de sobrevolar por encima de los muermos con las alas de los retos ¿Pueden decir esto nuestras alumnas y alumnos? ¿Tienen retos que les den alas? ¿O lo que se les ofrece, en la sociedad, en la escuela, en casa, es un muermo?

3. Cuando estabais estudiando, digamos… latín, por poner un ejemplo (para mí fue terrible, pero para muchos de mis compañeros y compañeras eran la física, la química, o las matemáticas), ¿pensabais “voy a sacrificarme, porque el dolor de estudiar las declinaciones me hará grande”, o por el contrario, tratabais de pasar el trago lo más rápidamente posible?¿Son el sufrimiento, el sacrificio y la abnegación, valores en sí mismos, o son instrumentos para alcanzar lo que una se propone? ¿Podríamos decir que cualquier estrategia personal podría valer? ¿Podíamos hablar, de forma genérica, de motivación? Interna, externa… es el motor que mueve el mundo (junto con la Máster Card): no hablo de hacer circo o malabares, sino de encender una chispa. Ser bujía. Y cada motor prenderá cuando esté preparado.

Todavía no he hablado de pedagogía. Sin ánimo de ofender a los estudiosos, ni de negar su utilidad o su importancia. Ni de metodología. No me ha hecho falta hacerlo. En este punto estoy hablando de personas. He hablado de empatía, ya sabéis, ponerse en el lugar del otro; y de memoria. Sí, de memoria (las personas adultas no crecemos en los árboles) acompañada de reflexión sobre las propias vivencias (esto ayuda, a su vez, a la empatía), sobre lo que éramos o no éramos capaces de hacer, sentir, expresar, aguantar… y de lo que eso significó en nuestra trayectoria, académica, afectiva, vital…

Quería hablar de unas pocas palabras que me recuerdan a otros tiempos, en lo bueno y en lo malo, de unas palabras que van adquiriendo otro significado, por que el marco cultural en el que se enuncian también ha cambiado. Es un marco en el que entran en juego palabras nuevas: diversidad, inclusividad, sostenibilidad, tecnología, cooperación, inmigración, multiculturalidad, globalización… un marco en el que en vez de ir a misa los domingos, se va al centro de la tercera edad a hablar con los ancianos que pasan allí los últimos días de su vida, a conducir ambulancias para recoger papillas humanas de las carreteras, o a recuperar un centro de comunicaciones destrozado por un tsunami. Son los mismos, las mismas, jóvenes que a los 13 años parecían el enemigo… pero solo lo parecían.

Solo hay que dar tiempo a que maduren, a que sean capaces de tomar las riendas de sus propias vidas. Y entre tanto, podemos echar una mano… o rasgarnos las vestiduras.

Personalmente, prefiero echar una mano, y de paso, disfrutar viendo como crecen.

Créditos de las imágenes:

- Fotocomposición encontrada en http://library2.usask.ca/~fichter/blog_on_the_side/2007/10/vision-of-students-today-michael-wesch.html, a partir de imágenes de whateva87,sweetpea.loty30, Hari Bilalic, El Negro Magnifico via flickr (Creative Commons license)

- Voluntarios retirando chapapote, sin créditos :( pero de aquí

- de EFE (en Yahoo)

2 comentarios:

  1. ¡Cuanto me gusta tu entrada!
    Me gustaría que pasaras por nuetros proyectos y dejaras tus reflexiones, así, bien claritas.
    De momento, te paso el último video de Blogmaníacos en el que la imagen vale mas que mil palabras.
    Gracias, gracias , gracias por esta pedazo de reflexión.
    Mercedes o doña Díriga (un personaje que habita en todo maestro que busca el brillo en la mirada de sus alumn@s)

    http://blogmaniacosunidos.blogspot.com/2011/04/entrevista-de-tercer-grado-al-director.html

    ResponderEliminar
  2. Muchísimas gracias a ti por tu comentario tan alentador. A día de hoy, no puedo aportar nada más que mis reflexiones, mis ideas, y mis experiencias personales, como hija o como madre. Pronto, espero, podré ir más allá, y compartir como funcionan "mis teorías" en las aulas. De momento, me conformo con que las personas experimentadas como tú podáis encontrar aunque sea una mínima utilidad a lo que escribo, o cuando menos, un rato de agradable lectura.

    He visto la entrevista de blogmaníacos, y me parece impresionante el trabajo que hacen.

    Gracias de nuevo.

    ¡Nos vemos por las redes!

    ResponderEliminar