miércoles, 1 de febrero de 2012

La rebelión del sentido común (II): ¿Qué queremos?

(la foto es de aquí)

Me gustaría compartir algunas reflexiones sobre la reforma que propone el Ministro Wert. Vaya por delante mi posición, que dejé clara (creo) en el post anterior. Pero quisiera entrar a debatir algunos detalles de su propuesta, y mostrar un ejemplo de "visión constructiva". Tiene mucho que ver, también, con mi teoría de que las mayorías absolutas son absolutamente contrarias al espíritu de la Democracia, y que el buen hacer de la mayoría en el poder pasa por negociar las acciones de gobierno.

El cambio a 3+3 no creo que aporte por sí mismo nada positivo; los chicos - y pocas chicas - que realmente plantean problemas en la aulas, de los serios, no llegan al 4º curso de la ESO casi nunca, porque acumulan retrasos escolares o porque se incorporaron tarde al sistema educativo. Además, ya sabemos que los chicos y chicas de 15 años no son quienes van a decidir. Decidirán sus padres, y por supuesto, en la mayor parte de los casos, elegirán la vía del Bachillerato, en tanto no se considere que la Formación Profesional ofrece realmente una alternativa formativa con posibilidades de futuro. Así que, presumiblemente, en las aulas seguiremos teniendo los mismos alumnos y alumnas en los mismos sitios. Sólo cambiará, en todo caso, el número de graduados... y tampoco lo tengo claro...

Sin embargo, tratemos de pensar en formas de aprovechar el cambio. ¿Qué posibles ventajas, organizativas o de otro tipo, nos daría el hecho de tener un mayor espectro de optatividad?¿Qué posibilidad hay de que se produzca un efecto positivo en el ánimo del alumnado que se gradúa - y el que no se gradúa - si se plantean programas de cualificación profesional realmente insertos en las escuelas profesionales de arte, de música y de FP?¿Y si el hecho de obtener esa cualificación profesional les otorgara simultáneamente, su graduación en ESO? ¿Y si eso les permitiera reingresar en la vía del bachillerato/selectividad/universidad, una vez que se sienten capaces y con dos títulos bajo el brazo? HAbrá que tener cuidado de no poner la meta muy lejos de la salida: pedir al alumnado que no quiere quedarse en el sistema que planifique estratégicamente a 3 años vista me parece una osadía. Pero si después del año obligatorio obtiene una primera cualificación profesional, con una año más su titulo de ESO y, con otro, su FPII, con acceso a la FP3 sin más trabas... No es más que un ejemplo; el camino alternativo debe tener sentido PARA ELLAS Y ELLOS, debe aportar una ganancia clara a quien lo elige, porque a los 14 o 15 años no podemos decir que no saben lo que quieren pero que carguen con todas las consecuencias de la inmadurez propia de su edad. Y porque QUEREMOS QUE SIGAN EN EL SISTEMA FORMÁNDOSE a la vez que crecen, maduran y toman las riendas de su vida.

Lo importante es conseguir que aún siendo obligatoria la educación, a ningún niño, a ninguna niña de 13 o 14 años se le ocurra que podría estar mejor en otro sitio. Si el bachillerato ya tiene 3 años, ya no hay nada que justifique que los tres años anteriores son "propedéuticos". La palabra suena a insulto, con toda la razón, pero la educación hasta ese momento DEBE SER BÁSICA ¿Qué impide ahora que al menos los dos primeros años de la ESO se trabaje por ámbitos?¿Qué impide que se de importancia a las competencias y conocimientos prácticos y útiles para la vida de todos? Creo que es una oportunidad para que la ESO sea lo que siempre debería de haber sido: una buena preparación que no esté condicionada por lo que venga después.

¿Qué importa si la idea original del ministro es separar al grano de la paja? No nos dejemos cegar por sus objetivos, creo que debemos utilizar sus planteamientos y propuestas irrenunciables para enganchar nuestras propuestas y planteamientos irrenunciables. ¿Sabemos cuáles son? ¡Claro! Queremos que la educación sea un factor de democratización y equidad, así que pongamos como primer punto de nuestro decálogo irrenunciable: atención especial por todos los motivos catalogados en cuanto lo solicite el director de un centro junto con las familias correspondientes.

Si lo que queremos es ofrecer alternativas al camino academicista, cuyo objetivo es únicamente acceder a la Universidad, alternativas para los y las jóvenes que no quieren o no pueden o no se sienten capaces de seguir esa vía las alternativas no pueden ser caritativas o de segunda, deben ser reales, ventajosas, acordes con su idea actual de proyecto vital, y de manera indispensable, que no comprometan su futuro por una mala elección. Pero sobre todo, sobre todo debemos intentar que sea una buena elección para cualquiera que la tome.

Si somos capaces de cambiar el horizonte, de ofrecer alternativas que puedan intercambiarse sin grandes dificultades, tendiendo puentes razonables y no cuerdas de esparto gastado como hay ahora, entre el camino académico y el profesional, y si abandonamos la retórica del esfuerzo, dejamos de hablar de caminos fáciles y caminos sacrificados, porque la elección está ahí para todos, con toda la información disponible, realmente es posible que salvemos algunas cosas, que consigamos que los que aprenden haciendo aprendan tanto como los que aprenden escuchando, o mirando, sin que ni lo uno ni lo otro sea un demérito.

Y la realidad es que si esto tan sencillo como permitir que cada niño y cada niña aprenda como mejor sabe, como mejor optimiza el proceso, desde que tiene 6 años - no HASTA que tiene 6 años, y si nos cuidáramos de que nuestra escuela les ayudase a encontrar y explotar también otras formas de aprender, en lugar de etiquetarles como ganadores o fracasados para que no se pierdan en el camino del instituto, no tendríamos tanto problema en dejarles elegir lo que quieren hacer con sus vidas... porque realmente estarían eligiendo.



2 comentarios:

  1. El 3+3 seguramente será una excusa para concertar los bachilleratos en la privada y separará "el polvo de la paja" y aburrirá a los desheredados un año antes, lo demás cambiará poco, porque la institución escolar es un monstruo pesado que camina lentamente, muy lentamente.
    Lo peor de todo es que a una parte del profesorado esta selección temprana "le pone" porque tendrán las aulas "más limpias" y más silenciosas.
    ¿Los ámbitos? ni lo sueñes
    ¿la libertad de aprender cada cual como mejor sabe? amiga despierta te habías quedado dormida y por un momento has soñado "el paraiso".
    Abrazos desde el otro lado del océano.

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    1. No son sueños, son deseos. La imposibilidad de que estos se cumplan no es más que la estupidez y la visión cortoplacista de un sistema democrático que avanza tan despacio como la escuela (aunque la tecnología permitiría una democracia mucho más verdadera). Todos y todas sabemos que la selección real es mucho más temprana, no es a los 15 ni a los 16 años. Es mucho antes... Si lo de antes estuviera bien, la edad de elegir si tu trayectoria será más académica o más profesional tendría mucha menos importancia. De hecho, en Finlandia no creo que les importe si el alumnado elige una vía u otra, ofrecen las dos después de haber estado durante diez años apoyando y proporcionando al alumnado todas las oportunidades para aprender... El problema para mí está mucho más dentro en las tripas de nuestro sistema: está en la forma de seleccionar, de premiar y castigar, y en lo que esto se traduce y qué prácticas pedagógicas se ven favorecidas.

      Por eso digo que hay que aprovechar todos los cambios como oportunidades. Cada cambio es una pequeña fisura por la que hay que colarse, interpretando lo más favorable para el alumnado y tratando de que esa interpretación sea la que se imponga, por sentido común...

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