Qué sucia es alguna gente, que tira papeles al suelo… Vaya, es un ticket de la O.T.A, pisado, del revés, hmmmm. A la velocidad de la luz, más o menos, lo recojo, pensando que si es del anterior coche, tal vez le queden unos minutillos… justo los que yo necesito para comprar en la librería de enfrente. ¡Oooops! Qué sorpresa, el ticket es de hoy, y acaba dentro de un cuarto de hora.
(Seguro que tenéis muchas anécdotas en las que algo objetivamente malo puede transformarse en un golpe de suerte con un mínimo esfuerzo esperanzado. ¿Os animáis a escribirlas en los comentarios?)
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