viernes, 25 de julio de 2014

Echo de menos...

Echo de menos la cabeza revuelta
Esas cañas de cerveza y las tablets abiertas

En la pantalla yo encuentro tus palabras
no hay tweets, DMs, RTs, ni Facebook, ni nada.

Entre nosotros un muro de trabajo 
no nos deja vernos ni comentarnos 

Y por las noches todo es cambio de posturas,
encuentro telarañas por las costuras 
(Nota: no cambio una coma, la vigencia de esta estrofa es universal)

 ... lo mismo te echo de menos, lo mismo, que antes te echaba de más... 

Si tú no te das cuenta de lo que vale 
tu blog es una tontería,
si vas dejando que se escapen los temas del día 

Si tú no te das cuenta de lo que vale 
lo que opinas, lo que sientes, 
si no compartes con la gente ¡estás perdida! 

Echo de menos los trolls de mi TL,
los pareceres contrarios, las discrepancias 

En mi memoria (USB) llevo tus experiencias,
tus palabras de aliento en mis entradas.

Entre nosotros, la pereza y el trabajo
nos llevan por caminos separados... 

Y desde ahora, quiero volver a mi vida,
de tweets, posts, comentarios, móvil, compartida.

VA POR USTEDES!


martes, 9 de abril de 2013

Hoy he visto el mar



Foto de CFuentes

Si no me conoces, quizá no entiendas lo que esa sencilla afirmación significa. Pero yo te lo explico. Durante día y medio he trabajado hombro con hombro con personas que viven muy lejos de mí (unos 1000 km en promedio) y a las que, mayoritariamente, no conozcía. He pensado, compartido mi opinión y defendido con energía mis convicciones. Tanto que me he quedado sin voz (aunque tengo otros muchos encantos). He escuchado y aprendido, y he buscado soluciones de compromiso. He cambiado de opinión. He diseñado junto a otras personas un proyecto comprometido, que nos mantendrá ocupados durante nuestra ruta hacia el EABE14 en Úbeda. También he echado de menos algunas conversaciones, y a algunas personas, como he mantenido otras que ni siquiera esperaba, con personas que han sido una sorpresa para mí. He recordado situaciones, afectos, charlas, y he abrazado y besado a aquellas y aquellos a quienes quiero y respeto profesionalmente, a quienes posiblemente tardaré en volver a ver y tocar (soy de tocar, sí). He vibrado con la emoción colectiva, con el sentimiento de trabajo bien hecho, con la sintonía y con las diferencias, con la complicidad. He crecido y madurado, y a la vez, me he portado como una niña llena de esperanzas y como una adolescente efervescente. He sentido agradecimiento porque en Algeciras, como en cada sede del EABE, personas buenas y competentes han recogido el testigo, con toda la historia de aciertos y errores anteriores, y han reinventado fórmulas para mantener la cohesión y el sentimiento de refuerzo colectivo, así como la capacidad de autocrítica de los individuos y del conjunto. Me he reído cuando he comprobado que la comida era, más bien, una colección de minerales exhibida en un jardín botánico. Y me he enfadado cuando el bar del hotel se ha convertido en calabaza, los camareros en ratones huidizos y las conversaciones en clandestinas reuniones de fugitivos y fumadores tras las puertas rotatorias.

Me he levantado esta mañana pensando en qué podía hacer para terminar este EABE13 que no desmereciera, que estuviera al nivel de las 36 horas anteriores. Y he pensado en ir a ver el mar. Solo el amor es comparable con el mar - transparente unos días, turbio otros; tibio o helador, depende de la estación; cuando te adentras, te das cuenta de la inesperada profundidad y oscuridad de sus aguas; desde el acantilado puedes admirar su grandeza; y si hace un sol radiante o la luna está llena, el mar refleja su brillo como si fuera luz propia. A veces te darías un baño, pero no es posible u oportuno; y otras veces, querrías salir de inmediato del agua porque estás tiritando, y la resaca te arrastra hacia dentro. La vida misma, el mar, cuando parece una foto de lo quieto que está, y te transmite toda su serenidad y sabiduría, y cuando te asusta con esas olas ruidosas y amenazantes, mostrándote toda su fuerza y su poder de ser libre por más que tú te empeñes en amansarlo. La vida misma, y el EABE, que es un rebosadero de amor por lo que hacemos y por quienes nos acompañan en este camino enredado.

San Pedro de Alcántara. Foto propia, CC By.

Hoy he visto el mar. Y el continente africano, justo enfrente. Había neblina, sí, pero eso no me ha impedido vislumbrar la silueta de algo grande e ignoto, una realidad que emociona solo con saber que lo que asoma es la punta de un iceberg de arena caliente que bulle de vida. La vida, de nuevo, y el EABE.

PD. La crónica la dejo para otro momento, pero si quieres saber más sobre el EABE aquí puedes empezar a tirar del hilo.

martes, 27 de noviembre de 2012

El timo del siglo XIX



Algunas ya sabéis que vivo en un pueblo-dormitorio (aunque es algo más que eso, la verdad) En el hay un colegio público comarcal, pequeño (2 líneas) pero apañado, y un centro concertado con algunos miles de estudiantes desde 2 hasta 18 años, de los cuales muchos vienen desde Pamplona Downtown. 

El pueblo en tenía en 2011 algo más de 7000 habitantes, que como comprenderéis, no caben en el colegio público. La mayor parte de los niños y niñas en edad escolar acuden a centros concertados de la capital, y algunos a centros públicos en euskera. 

Dicho lo cual, os pregunto: ¿cómo pueden sobrevivir tres (3, TRES) academias de apoyo escolar en un pueblo así?

Una de ellas es claramente irregular, pero la persona que la lleva (creo que ella sola) no da abasto: entran y salen chicas y chicos todo el día, sin parar. A esta, lo sé de buena tinta, va alumnado de la pública y de la concertada, sobre todo de los últimos cursos de la ESO y Bachiller.

Otra, abrió el curso pasado, y para este curso se ha trasladado a un local mayor (muchísimo mayor, en realidad). En su publicidad, ofrecen entre otras cosas, aula de tarea (para resto de España, deberes) para niñas y niños desde… PRIMERO DE PRIMARIA.

Por último, en el local que dejó libre la anterior, se ha abierto para este curso la tercera. 

La oferta en los tres casos es mayoritariamente de matemáticas. También se aventuran clases de inglés, y de física y química. 

Yo no salgo de mi asombro, y de verdad que no sé a qué estamos jugando… Pero lo que está pasando, al menos en esta ciudad, tiene un nombre: ESTAFA.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Con la muerte en los talones

La foto procede de aquí


La primera vez que fui a la fiesta del PCE me llevo mi tío. Íbamos mi primo y yo. Él lo habrá olvidado, probablemente, por el tiempo, y por su posición económica y social; para mí sigue siendo un símbolo de quién soy y cómo he llegado a donde estoy.

Mi tío era un señor joven, delgado, divertido y barbudo. Por aquél entonces vivía aún con mis abuelos en Carabanchel. Le gustaba (como a todos los tíos y tías ultigénitos) enredar con sus sobrinos, con los primeros sobrinos, en una suerte de conexión intergeneracional... como si su lejanía respecto a sus hermanos mayores, por ser padres y madres de esos seres nuevos, les expulsara del mundo adulto a ratos y les permitiera seguir siendo un poco niños...

Seguramente por eso lloro su muerte. Porque alguna vez fue importante para mí, y me sentí querida y cuidada. 

Después, la vida da vueltas, la gente crece, y los miedos y miserias de cada uno van conformando su historia, con grandes, ingentes cantidades de mala suerte... Mi tío es la persona que conozco que más veces ha estado en un hospital por causas diferentes, desde un gravísimo accidente de tráfico hasta un delirium tremens, pasando por todo tipo de infecciones hospitalarias y extrahospitalarias, y por supuesto, de regalo final, un cáncer que duró, al menos, todo el primer embarazo de su única hija.

La medicina y, un poco, la fortuna, le permitieron disfrutar de su primera nieta durante estos últimos años. Y cuando digo disfrutar no lo digo eufemísticamente. Una persona que durante años se quiso tan poco, pero que se encontró finalmente consigo mismo cuando dejó de huir, y pudo vivir con cierta paz interior los últimos años de su vida... disfruta de una manera que no es aprehensible para muchos de nosotros.

De pronto, ayer se rompió por alguna de las miles de costuras y remiendos que había ido coleccionando a lo largo de su vida. Creo que fue rápido. Que no sufrió el hecho de la muerte... Y nos consolamos, tratando de olvidar que si hay alguien que ha vivido con la muerte en los talones ha sido él.

Te echaré de menos, tío, y espero haber aprendido la lección.

miércoles, 4 de julio de 2012

#NOVADORS12 y las LENGUAS DE GATO

La imagen es de @Flapy

¿Y si empiezo por el final, y luego voy saliendo en espiral para salpicar a todos y todas con mi optimismo?

Vicent Campos, presidente de la asociación Novadors, cierra las Jornadas Novadors: Cambi y TIC despidiéndonos en valenciano y castellano, su lengua y la lengua franca. Busco un momento para darle las gracias, porque me siento incluida, atendida y comprendida en mi ignorancia. Pero todo es un lío de despedidas y planes... Gracias, Vicent, no creo que sea casual, ni accidental. Gracias a ti y al resto de Novadors. Y gracias a Mamen, que se atrevió a decir en voz alta en 2011 que quería que Novadors le supiera a chocolate intenso y que nada interfiriera en ese sabor potente y seductor. Mamen pidió en Novadors11 que nos aceptaseis con nuestras limitaciones de castellanoparlantes para que todos y todas juntas empujáramos en la dirección de nuestro sueño común: una educación accesible y de calidad, real y actual, que incluya en lugar de excluir, que integre en lugar de disgregar... a cada uno según lo que necesita, y a cada una tan lejos como pueda llegar, o ¡más allá!

Este año, Mamen, Vicent, en Novadors se habló la lengua de gato, de chocolate negro, con leche, blanco, y de colores brillantes a elegir, y a mí me supo a estar en casa, acompañada de mis iguales , aprendiendo a corregir el rumbo tantas veces como sea necesario. Sentí la grandeza de vivir en una tierra rica en culturas y de gentes abiertas y generosas, que miran el horizonte que se agranda con cada paso que damos hacia él; sentí la suerte de vivir en una era en la que estoy más cerca de aquellas personas a las que quiero, y de quienes aprendo, aquella gente con la que puedo y quiero compartir lo que sé y lo que no sé, lo que hago y lo que no soy capaz de hacer... 

Y además, quiero agradecer a aquellos y aquellas que se han dejado abrazar, a quienes me han abrazado de vuelta con sus brazos y sus orejas; a quienes han compartido conmigo sus ideas y sus emociones. Os echaré de menos hasta la próxima, y ya estoy empezando a ver borrosa la pantalla, como si la mirase con los ojos encharcados... Ah, exactamente eso.

Gracias Isabel, Lluís, Mila, Daniel y Anna, referentes, maestros y hermanos, hippieses (GPS) en Alcoi y en mi personal jornada hacia un norte que no se pierda fácilmente. Os quiero.

Y a Ainhoa, Manolo, Juanma, Pedro, Fernando, Alfredo, Mertxe, Josu, Loli, Adolfo, Conxi, María, Carme, Pilar, Jaume, Carmina, Isabel, Mónica, Gemma, Silvia, Antonio, Salvador, Pilar, Gaspar, Marcos, Toni, Maru, Paco, Luis, Mari Carmen, Dani, Linda, Jordi, Ana...  gracias también, por ser esas Personas que desde Lejos te Enseñan, Personas por las que te meterías en Líos Estupendos,...

No, no me olvido de ti, Juanfra. Imposible olvidar... cómo puede una persona tan grande, en todos los sentidos, ser remero y timonel en este barco sin salpicar, sin levantar una gota de espuma... para que todas disfrutemos de un onírico paseo sobre las agitadas aguas de la realidad... Eres MUY, MUY GRANDE, y tienes mucho que enseñarnos a todos y todas sobre como se transforma el esfuerzo en sonrisa... 

¡¡¡GRACIAS, JUANFRA!!!

PD. Podría parecer que esta crónica no es sobre la transformación de la escuela... No sé, vosotras y vosotros diréis :)