jueves, 16 de diciembre de 2010

Adiós, hasta mañana.

Me gustaría aprovechar esta ocasión para dirigiros unas palabras. Seguramente, nada de lo que os diga hoy os resultará extraño a aquellas personas que ya hace tiempo que me conocéis.

Hace 14 años que mi hija empezó en esta escuela, y 8 de ellos (al menos) he tenido la suerte de participar en su Consejo Escolar. Estos años, para mí, han sido de aprendizaje: he aprendido a ser madre, a atender las necesidades escolares y no escolares de mis hijos e hija, a compartir mis inquietudes con otras madres y padres, con las maestras y maestros, a defender mis ideas sobre la escuela y su funcionamiento, a decir cosas molestas…

El Consejo Escolar de una escuela es un lugar importante, un lugar en el que la comunidad, las familias y el alumnado pueden y deben participar, para trabajar codo con codo con el profesorado en la construcción de un proyecto común. Si no hay un proyecto común… (y esto es lo más difícil de decir y de escuchar) el proyecto no vale. Por muy moderno, innovador y fabuloso que sea.

Lo que quiero decir es que no sirve de nada que un Claustro reme en un sentido, si las familias y el entorno reman en otro. Y el lugar para decidir en que sentido vamos a remar todos juntos, aunque no se ajuste el rumbo al que cada uno de nosotros y nosotras quisiéramos seguir, es el Consejo Escolar.

Ya sabemos cómo es nuestro Consejo Escolar. Sin embargo, a mí me gustaría deciros que un Consejo Escolar puede llegar a ser mucho más, aún respetando el marco legal actual. Para ello, es necesario rescatar su imagen de donde quiera que esté, y volverla a proyectar, para que todo el mundo en el Centro crea en la importancia de este órgano de gobierno y participación.

No es un adorno, ni una traba administrativa, aunque a veces lo pueda parecer, sino un órgano de gobierno, y las personas que pertenecen a él deben creerlo, para que las personas representadas en él también lo crean.

Como firme creyente de lo que podría llegar a ser un Centro que valora y se apoya su Consejo Escolar, me ofrezco para trabajar en cualquier iniciativa orientada a promover y recuperar la credibilidad y prestigio del Consejo Escolar como órgano de gobierno de esta Escuela.

Así pues, adiós, hasta mañana.

(Discurso de despedida del Consejo Escolar, 16 de diciembre de 2010)

lunes, 29 de noviembre de 2010

Sobre semáforos y otras señales

Hace tiempo que quiero escribir esta historia sobre regulación propia o externa.

Para llegar a trabajar, tengo que atravesar cada día una calle con relativamente poco tráfico, pero con dos carriles por sentido. La calle empieza/acaba en una rotonda, por la que se circula a lo pamplonés (yo me tiro, porque voy deprisa y me da tiempo a pasar delante). Las velocidades por encima del límite están garantizadas: yo también la transito como conductora, y hay que empeñarse en ir a menos de 50 Km/h por la vía de permanecer en segunda.

Cruzar esa calle ha sido siempre un peligro porque los conductores y conductoras olvidamos que el mundo exterior –- al vehículo -- está poblado de peatones que se rompen con el impacto a alta velocidad. Así que las autoridades municipales han decidido poner un semáforo, de estos de pulsar para que cambie. Donde antes había un paso de cebra, en el que esperabas hasta hacerte vieja a que alguien parase, o a que dejasen de pasar coches, ahora hay un semáforo que se pone verde para el peatón (y rojo para el coche) en 5 segundos. Cuando terminas de atravesar la calle, hay entre 5 y 15 coches parados en un semáforo, y nadie cruzando.

Ahora, las personas peatonales podemos cruzar sin temor a que nos atropellen. Pero, al menos para mí, es una gran vergüenza colectiva que haya que poner unas lucecitas de colores para recordar a las personas conductoras lo que deben hacer… Cada vez que cruzo esta calle (o sea, al menos una vez al día) hago esta reflexión, pongo los pies en la tierra sobre la condición humana.

En uno de esos absurdos texto que se leen para preparar igualmente absurdos exámenes de inglés, encontré unas referencias a un arquitecto holandés, Hans Monderman, ingeniero de tráfico y responsable de la organización del tráfico en la ciudad de Drachten, NL. La base de su trabajo es la autorregulación del comportamiento: mantiene que cuando hay peligro, la gente se ocupa de estar vigilante. Defiende la ausencia de señalización para mantener el estado de alerta durante la conducción, y afirma que el porcentaje de conductores irresponsables es un invariante Hay una interesante serie de 10 videos en Youtube, en la que explica todo el sistema de Drachten. Aquí os dejo otro más, muy breve, para que os hagáis una idea de lo que es el tráfico orgánico.

Desde mi punto de vista, el coste de la regulación externa es muy elevado, para el conjunto de la sociedad, y para los propios regulados. Es como arrebatarnos la mayoría de edad…

En Gmail, han habilitado estos puntitos rojos, verdes y amarillos que señalan el estado de disponibilidad de los contactos, lo que ha reavivado mi deseo de compartir la idea que hay detrás de este post. Entre mis contactos hay muchos puntos verdes a lo largo del día, pero esa disponibilidad para la conversación no es necesariamente un mensaje hacia toda persona con la que alguna vez cruzaron un correo electrónico. Hay que interpretar, leer entre líneas, ser prudente. Hay que aprender a regular los impulsos, a posponer las recompensas, a mirar a lo lejos y a ver venir.

Ese aprendizaje no se produce si no existe cancha en la que practicar.

Y la escuela es una cancha más.

domingo, 28 de noviembre de 2010

La violencia: ese abuso de poder del fuerte sobre el débil

Tenía pendiente contribuir con mi entrada a la demostración de “fuerza” en el día contra la violencia que llamamos “de género”. Para mí, como mujer, es uno de los tipos más dolorosos de abuso de poder, porque está basado en una característica de los varones de nuestra especie que es su mayor fortaleza física, y la posición social de dominio en que esta les ha colocado. Los hombres tienen una posición de poder sobre las mujeres consolidada desde la antigüedad y basada en el miedo: a la autonomía, al desprecio, a la pobreza, al dolor, a la soledad, al aislamiento, a la incomprensión… El miedo, y lo mismo daría tenérselo a un rinoceronte…

Muchos hombres han superado este modelo, que yo llamaría “de homínido”, o “de primate con habla”, y aunque conserven resquicios de un interesado machismo que les hace la vida más fácil, no torturan ni amenazan a sus parejas. Muchas mujeres han superado este modelo, que yo llamaría de “recolectora-reproductora”, y pese a que trabajan el doble que sus parejas, no tolerarían ni un asomo de violencia, ni una insinuación de alarde de poderío,

Seguramente es aventurado decir esto, pero no creo que la violencia “de género” esté basada en convicciones, sino en la falta de control de las propias emociones. Por el contrario, acabar con este tipo de violencia (como con los demás tipos) está MUY vinculado a las convicciones. Creo que solo desde la convicción de que la violencia no es camino hacia ningún lugar donde deseemos estar podremos conseguir, entre todas y todos, erradicar este nefasto recuerdo de nuestro paso por las cavernas.

Por eso quiero hacer un pequeño homenaje a mi amiga Estrella, @starpy, y a su Tribu de Fuenlabrada, por el trabajo que han hecho para recordar a tantas mujeres maltratadas, para que no olvidemos por donde se empieza y cómo se acaba, y para que llamemos a las cosas por su nombre. Lo podéis ver aquí:

http://latribudepcpi.blogspot.com/2010/11/25de-noviembre-dia-internacional-contra.html

Si hablamos de ello, si lo pensamos, si no volvemos la cabeza, si abrimos los ojos ante lo que está pasando, entonces tendremos en nuestras manos el poder de cambiarlo.

Tomo también prestado de su post el vídeo “El cuento de hadas”, que me ha puesto la carne de gallina.

Y por último, quiero dar las gracias especialmente a Miguel, Pablo, Miriam, Celia y Arancha por sus estremecedoras descripciones. Bravo. Bravo. Bravo.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Sobre evaluación… ¿de quién?

Ayer vinieron las notas de mi hija. Está en 2º de Bachiller. Una suspensa: 4 en teoría y 10 en problemas… pero no hay media que valga. No importa. Importa el comentario del profesor en el boletín: “No ha estudiado la teoría”. Llevo horas pensado en una respuesta (por la cosa de que la bidireccionalidad no se limite a firmar el recibí) pero desisto, porque solo se me ocurren bordeces.

Este profesor me dio unas horas de clase en el CAP, y fue muy, muy interesante. Sé que con los chavales y chavalas es bastante comunicativo, al menos en lo relativo a los contenidos de la asignatura. Así que tengo doble decepción: no veo la utilidad de un comentario así, y además, no me lo esperaba viniendo de esta persona. Hasta el profesorado más innovador lleva una mochila cargada de malas costumbres, y tiene muuuucho que desaprender.

Esto es solo una entradilla a otro asunto más jugoso. En la entrega de boletines (uso palabras de mi hija) ”el tutor nos han soltado el rollo de todos los años: vaya decepción, creíamos que erais un grupo muy bueno, y los resultados dejan mucho que desear, este año no os podéis dormir en los laureles - y bla,bla, bla”

Como la veo un poco desanimada, se me ocurre una idea de esas que mi progenie llama “de bombero”. Al final del próximo trimestre harán la fiesta de graduación (sobre eso, ya escribiré un post, ya), y andan buscando material para sus monólogos y diálogos actuados, al modo de la entrega de los Goya.

Le propongo que utilicen ese discurso (el de las expectativas defraudadas) pero invirtiendo los papeles; que se dirijan a los profesores y profesoras del curso en los mismos términos, tratando de dar un tono jovial o jocoso al discurso, para que quede impune, como las parodias que todos los años se hacen de uno u otro docente… ¿Os lo imagináis?

“En este acto, queríamos deciros que, aunque teníamos unas expectativas muy altas sobre el grupo de docentes que se ocupa de 2º de Bachiller, nuestra decepción ha sido tremenda. Hemos pasado 5 años en este instituto, este es el 6º, y pensábamos que lo mejor se reservaba para el final… Nuestra sorpresa ha sido mayúscula. Durante estos dos trimestres, habéis trabajado poco, o eso es lo que se aprecia, puesto que los comentarios de texto, las hojas de problemas, incluso las clases, son los mismos que los del año pasado, tanto si funcionaron como si no. Las actividades siguen siendo las mismas, pese a que el año pasado el 20% del alumnado no obtuvo el título y no pudo presentarse a las PAU. En la Junta de Evaluación hemos valorado muy negativamente este hecho, y creemos que, si queréis acabar bien el curso, tendréis que hacer un gran esfuerzo. Ya tenéis edad para controlar vuestro propio trabajo, tanto en calidad como en cantidad. Esperamos que a lo largo del trimestre consigáis remontar desde el punto en el que estáis ahora mismo”

¿Suena fuerte?¿Y si se plantea este discurso hacia el alumnado, no es igual de fuerte? A mí me dan ganas de echarme a llorar, vamos.

Sin embargo, es posible que algunos y algunas recojan el mensaje, la idea de que ese continuo acoso y derribo no pasa desapercibido, es doloroso, y no persigue objetivo alguno; solo es el resultado de una terrible inercia, que lleva a comunicar, sobre todo, acerca de lo que no es adecuado o correcto, y obviando felicitar por lo que sí lo es. Qué amargura. Qué tristeza. Qué ranciedumbre. Ojalá, ojalá que, ese día, alguien recoja el mensaje, una persona más que se sume a las filas de los que creemos que el aprendizaje es más eficiente si se produce en un ambiente positivo.

En fin, que yo quería hacer un post divertido, y al final me puede mi corazón protestón.

Gracias a todos y todas las que ayudáis a este alumnado a mantenerse a flote. Yo sé que estáis ahí (ellos y ellas también lo saben) aunque sea mucho más difícil ver vuestro trabajo en el día a día. Gracias.

La foto de aquí http://www.flickr.com/photos/gracefamily/3847102600/

martes, 23 de noviembre de 2010

Y yo… ¿estuve en el EBE10?

Es una pregunta seria. Llevaba un año (¡un año!) deseando que llegase, dos meses con la reserva de hotel hecha, la cabeza llena de expectativas… y cuando tuve el programa entre mis manos lo vi claramente: yo no voy al EBE, voy a Sevilla a ver que se cuece, a oxigenarme, y a llenar la mochila de ideas y afectos para pasar el invierno lo mejor posible.

Conocí a un montón de personas entregadas y sonrientes, dispuestas a disfrutar de su trabajo y de su vida, abiertas a los cambios, a las propuestas nuevas, propensas a dejarse el tiempo y el dinero en aprender y en compartir con sus iguales lo que aprenden… Conocí a @miguel__rosa, a @antosevi, a @mariabarcelo, a @anaecharric, a @pily, a @peralias, a @jochimet, a @fjrosac, a @juanmadiaz, a @jborrego, a @guitomares, a @rosainf, a @pacoxxi, @ManuElPielRoja, @ManelRives, @flosflorum… Tomamos cervezas y pinchos varios, paseamos por la Alameda, y charlamos, charlamos, y charlamos sin parar (bueno, para reírnos y beber y comer sí que parábamos). Las horas de conversación con muchas de estas personas no pueden ser sustituidas (ni de lejos) por ninguna conferencia ni mesa redonda, no importa lo lista o graciosa que sea la ponente (o el ponente).

Superproducción de @antosevi

Me encantó ver en su salsa a la siguiente generación: @raulalgo, @elfregonero… aunque faltaba mi querida @_ArwenUndomiel, que hubiera disfrutado lo que no está escrito.

Eché de menos hacer unas risas con @eraser, en eso la fortuna no nos sonrió, pero me llevé mi disco de More Hispano con dedicatoria original in situ de @vicenteparrilla.

Saludar a @pazgarde y @turistaentupelo, tuiteros cordiales y conversadores, a los que leo con placer dentro y fuera de Twitter, compartir montaítos con @Kurioso y copas con @wicho, escuchar al apasionado @lagamez hablando de ciencia y no-ciencia, dar recuerdos a @jagelado y volver a saludar a @rafaosuna, como madre de tuitera ex-podcastera… todo ello ocurrió cerca del EBE, incluso dentro, sí, y no estuvo mal, no…

También vi de lejos y de cerca a emblemáticos personajes más o menos de mi devoción, @gurusos y @gurusas varios, pero hace tiempo que esto no me emociona (salvedad hecha, naturalmente, de Sting).

Tuve ocasión de escuchar algunas cosas interesantes, y otras extraordinarias, contadas extraordinariamente, como la sencilla y aplastante charla de @dreig, llena de ideas nuevas para mí, hiladas de manera inteligente y atrevida, o la divertida puesta en escena de @pjorge sobre LOST, fenómeno que me resulta tan extraño como ajeno.

También esperé, y perdí la esperanza, de conocer esta vez a varios de mis caballeros tuiteantes: @onio72, @anibaldelatorre, @juanjomunoz, @jrfern, @JavierGValdivia, @fergar9… mantengo la convicción de que no son bots, pero no sé cuánto me durará…

Menos mal que estaba, para compensar cualquier sinsabor, mi verdadero amor tuitero, @nololamento. Y perdonadme que lo diga así, sin pelos en la lengua, pero tratándose de ella, no se me ocurre mejor manera de decirlo. Cuando sea mayor… ah, que no, que eso YA es un hecho…

Tal vez el EBE no sea nada más que eso (y nada menos): disfrutar por fin de la compañía de aquellas y aquellos con los que tienes tanto en común, despellejar a los y las que no te hacen gracia, escuchar propuestas interesantes, chorradas y lugares comunes, y hacerse una foto de familia para redondear la estancia.

En ese caso, yo sí estuve en el EBE10 ¡Vaya si estuve!

lunes, 15 de noviembre de 2010

Lo que pudo ser... y fue... #quedadamadrid

No es el mejor momento para escribir este post, pero no quiero perder la ocasión de contribuir a esta lluvia de posts post-quedada. No voy a contar lo que ya habéis contado otros tan bien, con tanto sentimiento y frescura. Contaré los pequeños o grandes detalles que me emocionaron, que me hicieron vibrar, que me cautivaron o me entristecieron

(y espero que nadie se moleste, o se sienta expuesto en exceso)

- la voz grave de @flosflorum

- el acento cantarín de @larita20 y @carlitos_baiz, y el hablar castizo de @rakytran

- el reencuentro con @mcrueda y @gregoriotoribio

- abrazar a @aidaivars y a @vimpela

- bromear con el “tímido” @bernabe (jo, y los tweeties artesanos...)

- conversar, discutir y flipar con @jlcastilloch

- la presencia de @cpaez01 y su compañera

- el aguante y la paciencia de "las de Bilbao y alrededores rurales": @lavirto, @alaznez y Agurtzane (@aaramburu?), que menuda chapa les di...

- el privilegio de compartir con @isabel_ruiz,

- la increíble conversación con @chelucana y @yalocin

- la sonrisa de @jmonteo

- el humor de @Allthose y @vcuevas

- los ojos de @nuskavita

- el tamaño de @juanigncastro, @juancarikt y @cpaez01

- compartir postre de yogur de limón, cuchara en mano, con @yolajb y @jlcastilloch

- la recientísima paternidad de @Jorge_G_Garcia

- las horas de entusiasta conversación entre @aidaivars, @mjrubia y @jlcastilloch

- la firmeza de la tierra que pisa @starpy

- el entusiasmo y autenticidad de @yolajb, y el color su cielo

- el pelo de @fernandocheca

- la juventud de @vimpela, @lauracanocano, @albonube­_ , @cpoyatos, @aidaivars…

- la conversación fácil y directa con @jivagos

- @similiki y @juancarikt

- la sensación de estar en casa, entre amigos

- @palomapat, su tono de voz, su forma de expresarse… en solo unas palabras conquistó mi corazón

- la falta de tiempo para compartir un buen rato de conversación con todos y todas

- la ausencia de los y las que no estuvieron

- la certeza de que si me dejo a alguien me lo dirá en los comentarios para que enmiende mi error

-…y mi afonía

Sois lo más. Qué suerte la de teneros cerca (a unos pocos tweets de distancia). Besos y abrazos.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Por fin, QUEDADA EN MADRID



Este verano hice miles de kilómetros para quitarme de encima el peso muerto de estudiar oposiciones durante un año entero, y visitar lugares llenos de tuiteros. Se me oxigenó la cabeza, y por supuesto, el corazón. Pero no pude disfrutarlo tanto como habría querido, seguramente porque a la mayoría de las personas con las que me encontré las conocía poco aún, y mi timidez natural (que reservo enteramente para la vida 1.0) no me dejó.

Pese a todo, mi alma aventurera e intrépida me arrastró a bailar la polka en Avilés, a un pueblo perdido en Burgos a saludar a mi conciencia activista, y por fin a la Herradura, donde se organizó un pequeño encuentro con grandes personas (que a la sazón, tenían twitter).

Así que ya sé cómo de bien se siente una cuando se encuentra ¡por fin! con esas raras aves con las que cada día y cada noche comparte un rato de conversación, de bromas o de inquietudes, de ideas o experiencias... Una se siente MUY BIEN.

Solo espero disfrutar de este encuentro tan largamente deseado, por mí, y creo que por todos y todas las que acudiremos.

Sin embargo, echaré de menos a tanta otra gente que no estará...

¡No queda nada, gente, no queda nada!


(la foto es de aquí)



martes, 2 de noviembre de 2010

Una historia de amor...



Una historia de amor es como un edificio.

Al principio, cuando se entrega la obra, está flamante, limpio, cada elemento funciona, las puertas y ventanas encajan, aunque a veces es necesario hacer pequeños ajustes.

Cada propietario toma posesión de su espacio, y lo adapta a su gusto: lo hace más o menos bello, más o menos funcional, lo utiliza más o menos... Lo llena de cachivaches inútiles o lo amuebla con lo imprescindible. Esa fase es intensa, porque se construye y se planifica sin descanso.

Pasado ese primer tiempo de creación y adaptación, y si la construcción es de buena calidad, los habitantes del edificio simplemente lo viven y, si son considerados o responsables o previsores, lo cuidan. Cada año que pasa, se encuentran más cómodos, más en su casa. Es una etapa de tranquilidad, casi no hay que ocuparse de nada, porque cada elemento está en su período de funcionamiento óptimo.

Pero poco a poco, aparecen los primeros fallos... un grifo que gotea, una grieta en la pared, una ventana que no cierra bien, una puerta que hace ruido... Cada propietario tendrá su propio criterio para invertir más o menos esfuerzo, tiempo, dinero en reparar los pequeños desperfectos, que a medida que pasa el tiempo, van siendo de mayor envergadura...

Unas viviendas se deterioran más que otras, y la fachada del edificio presenta generalmente el mismo aspecto que la mayoría de las casas que contiene... Van apareciendo desconchones en las paredes, algún cable se descuelga, las bajantes y los canalones pierden lustre, incluso se desconectan... Pero si se van tomando las medidas adecuadas, si se van reparando los desperfectos a tiempo, si no se posponen las decisiones relativas a su cuidado, si no se escatiman medios, el edificio envejecerá dignamente, protegiendo del frío y de la lluvia, y de la hostilidad del exterior a las personas que lo habitan.

Por el contrario, si se acumulan los rotos y las disfunciones, si nadie se ocupa ya de apretar los tornillos que han quedado flojos con el uso o con el paso del tiempo, si la pintura pierde su color y se cae a trozos el estuco, pero nadie llama a los pintores, el edificio pierde su cualidad de refugio, de hogar, y perderá también a sus inquilinos. Irá, lentamente, desmoronándose, para acabar siendo una ruina deshabitada.

Si la construcción es buena, como dije, esto ocurrirá más tarde que temprano, pero ocurrirá igual.

Sí... una historia de amor es como un edificio.

(la foto se titula "de Raad, backside demolition", de docman)

lunes, 1 de noviembre de 2010

Para la libertad... ponerse las pilas


Si yo hubiera ido a este concierto, me habrían durado las fuerzas años...

Me parece perfecto como "alcaselser" para la resaca del homenaje de ayer: ¡adelante, adelante, adelante!

sábado, 30 de octubre de 2010

Miguel Hernández, poeta (1910-1942)



Recupero este post que publiqué en http://nicolasaquidman.tumblr.com hace unos meses, para participar en la celebración 2.0 del centenario del nacimiento de Miguel:

Miguel Hernández, poeta (1910-1942)

Miguel estuvo pocos años entre nosotros, 31, de los cuáles paso los últimos en la cárcel. Tuvo un hijo al que apenas conoció. Y cultivó mariposas.

Su poesía es sin duda el deseo de volar por encima de las limitaciones no elegidas: la cultura, la educación, la posición. El vuelo de Miguel me deja boquiabierta cada vez que releo cualquiera de sus versos: por suerte para nosotros, Miguel aprendió a volar porque era lo que quería, y nos dejó el planeta lleno de amor y lágrimas de rabia con su batir de alas.

Miguel fue una mariposa atrapada entre barrotes por el fascismo, la ingnorancia, la estupidez, la guerra. Y pese a todo, su vuelo desde la cárcel fue posible gracias a Josefina, su compañera, que nos trajo su poesía alada al otro lado de los muros de la cárcel.

Miguel es aún la mariposa enorme que quiere transportar entre sus alas el grito de los hombres y mujeres encadenados. No importa lo que negocien su familia, su pueblo o su país. Sus mariposas son nuestras, desde el día en que las lanzó al vuelo.

Su biografía en wikipedia

Mucha de su obra aquí

Una pequeña muestra de su impactante sencillez:

Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos,
que son dos hormigueros solitarios,
y son mis manos sin las tuyas varios
intratables espinos a manojos..

No me encuentro los labios sin tus rojos,
que me llenan de dulces campanarios,
sin ti mis pensamientos son calvarios
criando nardos y agostando hinojos.

No sé qué es de mi oreja sin tu acento,
ni hacia qué polo yerro sin tu estrella,
y mi voz sin tu trato se afemina.

Los olores persigo de tu viento
y la olvidada imagen de tu huella,
que en ti principia, amor, y en mí termina.

(la foto es de aquí http://www.flickr.com/photos/lupusphotos/)

viernes, 22 de octubre de 2010

La parábola del ticket de la O.T.A. (u O.R.A.)


Qué sucia es alguna gente, que tira papeles al suelo… Vaya, es un ticket de la O.T.A, pisado, del revés, hmmmm. A la velocidad de la luz, más o menos, lo recojo, pensando que si es del anterior coche, tal vez le queden unos minutillos… justo los que yo necesito para comprar en la librería de enfrente. ¡Oooops! Qué sorpresa, el ticket es de hoy, y acaba dentro de un cuarto de hora.

(Seguro que tenéis muchas anécdotas en las que algo objetivamente malo puede transformarse en un golpe de suerte con un mínimo esfuerzo esperanzado. ¿Os animáis a escribirlas en los comentarios?)

sábado, 16 de octubre de 2010

LA VIDA SIGUE

Se casó joven, porque no quería estudiar y estaba enamorada. Tuvo un hijo, y pensó que eso la salvaría del desprecio. De los empujones verbales y físicos. Estaba enamorada pero no se quería a sí misma. Y es verdad, su hijo la salvó: no quiso correr el riesgo de que su hijo fuera también empujado, así que se marchó.

Encontró un hombre bueno, que la quería. Que quería también a su hijo. Y reseteó su vida. Tuvo otro hijo. Y en un hogar lleno de amor y de esperanza, llegó el cáncer de visita, y se llevo sus mamas. Y un poco de su fortaleza también. Sus hijos fueron creciendo, simpáticos, sanos, cariñosos, pero ella dejó de quererse de nuevo. Esta vez, las heridas se las inflingió ella misma: no quería comer, no podía comer. Y fue perdiendo presencia en este mundo (peso, en palabras prosaicas) hasta que tuvieron que ingresarla para alimentarla artificialmente.

Después volvió a su vida, cuando quiso, con ayuda… pero el anclaje era poco firme, y a los pocos años regresó al hospital, con 20 kilos menos de los que pesaba cuando salió de él.

Y sus hijos seguían creciendo, con la mirada triste y una sonrisa.

Volvió a casa, un par de meses después. Ganaba peso de nuevo. Y fue mejorando durante tres años. Incluso buscó un trabajo, porque pensó que la ayudaría a tenerse en consideración… y lejos de eso, sufría pensando que dejaba a sus hijos abandonados…

Ayer me dieron la noticia: mi amiga está ingresada en un hospital psiquiátrico. No puedo dejar de pensar en el infierno en el que ha vivido tantos años, en el infierno en el que está viviendo ahora, y en el que probablemente viven sus hijos y su pareja. Sobre todo, no puedo dejar de pensar en sus hijos, aún niños, y en cómo tenderles la mano para que su vida no se pare aquí y ahora…

Porque su vida sigue, ¿verdad? ¿Y la de ella?


lunes, 11 de octubre de 2010

ESCUELA Y CONCILIACIÓN (I)



Miguel, en su blog Desde la azotea abrió ayer un debate que levanta pasiones entre los distintos actores de la educación: la existencia de servicios "extraescolares" que prolongan la jornada de los niños y las niñas, llegando a situaciones que desde su punto de vista (y el de muchas otras personas) son muy inconvenientes, e incluso perjudiciales para ellos y ellas.

En los comentarios se aportan matices y cuestiones que enriquecen el análisis de estas situaciones, incluidas algunas experiencias personales, además de las opiniones de varios profesionales. Mi contribución apostaba por dos líneas de ataque: la intervención de los servicios sociales, en un concepto ampliado de ESCUELA y la necesidad de enfocar el problema como social para implementar soluciones lo más cerca posible del epicentro.

Me gustaría mejorar y profundizar un poco más mi aportación al debate sobre escuela y conciliación, porque algunos aspectos del mismo me parecen muy relevantes y creo que están poco desarrollados.

(La introducción de los párrafos anteriores la escribo varias horas más tarde porque alguien próximo me dice que no se entiende nada si no estás en el ajo)

El juicio moral que nos merece la reacción de las personas a una situación adversa es una cosa, y las soluciones paliativas deben ser independientes, son otra cosa. Por poner un ejemplo: tal vez la crisis de los años 90 no nos llevo a arrojarnos en brazos del caballo, y nos puede parecer que las personas que lo abrazaron debían de haber reaccionado de otra manera ante sus problemas (paro, falta de formación y de oportunidades, falta de lugares donde disfrutar de su ocio), pero no por ello se suprimen los programas de metadona. NADIE pensó que la manera de acabar con el consumo de heroína pasaba por suprimir estos programas, que ayudaban a que los adictos (enfermos) estuvieran más controlados, en cuanto a su salud (siempre precaria): su alimentación, su higiene, etc.

Podemos preguntarnos qué es lo que ha acabado con un consumo visible de la heroína, y yo apostaría (no tengo pruebas ni documentación) por que uno de los factores esenciales es la educación sanitaria de la población en general, y de los niños y jóvenes en particular, sobre el consumo de drogas y la transmisión del SIDA y otras enfermedades.

Resumiendo lo anterior: dar la espalda a un problema, negar su existencia, y no proponer “cuidados paliativos” no ayuda a resolverlo.

El problema, como se apunta en varios comentarios del post de @miguel__rosa , no es el hecho de que algunas familias concretas dejen a sus hijas e hijos demasiado tiempo en actividades no familiares o extraescolares: el problema es PORQUÉ hacen esto. Y es un error pensar que lo hacen porque les está permitido. Desde mi punto de vista, lo que están haciendo es CONSECUENCIA, y no CAUSA, del problema.

Para conseguir maternidades y paternidades felices y responsables, es necesario educar en esa línea. Añado felices porque “responsable” es también aquel o aquella progenitora que trabaja todo lo posible para que a sus hijos e hijas “no les falte de nada”. Esta persona, desde nuestro punto de vista, tal vez ha equivocado sus prioridades de acuerdo con nuestra escala de valores (que no con la que la sociedad del consumo promueve). Pero está siendo responsable. E infeliz.

Su escala de valores ha entrado en conflicto con la de algunos de nosotros y nosotras. Y esto se resuelve educando: mostrando, transmitiendo otros modelos de paternidad-maternidad, de relación familiar, de hombres y mujeres de éxito.

Me váis a permitir que aluda a la utopía de la escuela extendida: cuantas más horas necesiten la escuela estos padres y madres, más podremos hacer para que tengan la oportunidad de entender otras maneras de ejercer su maternidad y paternidad, y ¿porqué no? su ciudadanía.

De quién es la responsabilidad, quién tiene que pagar u organizar, y dónde debe proporcionarse este servicio… eso es harina de otro costal. Yo, personalmente, creo que la escuela es un buen lugar, por muchos motivos. No creo que deba recaer todo ello sobre los hombros de las maestras y maestros (personalmente, echo en falta a los servicios sociales), pero esto (que es otro problema) no debería eclipsar nuestro juicio.

PD. Dejo para la segunda parte la cuestión de los horarios, porque creo que merece de un análisis por separado.

(La foto es mía)

sábado, 9 de octubre de 2010

APRENDER A CONVIVIR


Ayer regresó mi hija del instituto, contenta porque va a participar en el Torneo de Debate de Bachillerato

De forma muy resumida, es una competición en la que:

- se participa por equipos

- cada miembro del equipo tiene un papel definido y rotatorio (capitanear, investigar y defender oralmente los argumentos del grupo)

- el tema suele ser de actualidad, y viene dado por la organización

- la postura a defender (a favor o en contra) NO se elige: se sortea 30 minutos antes del comienzo del debate

Aunque en el precioso y creativo post de @senovilla_jfs, el autor aborda el problema de la CONVIVENCIA desde el punto de vista emocional, importantísimo y en los cimientos de la solución, me gustaría enfocar mi post desde un ángulo diferente: el de las competencias básicas.

Viendo la escueta lista de reglas básicas del Torneo, pienso en el proceso que debe seguir cada equipo para prepararse:

  1. Antes de conocer el tema, deberán comprender las normas del Torneo, establecer un método de trabajo, analizar en que consiste cada uno de los roles… sobre esto ya empezará a haber diferentes opiniones, que deberán aceptar, porque necesariamente tendrán que trabajar juntos para conseguir un mismo objetivo. Sin duda estamos trabajando las competencias básicas. Y vamos aprendiendo a convivir.
  2. Cuando conozcan el tema a debatir, se producirá, seguro, un primer intercambio de opiniones, que no serán necesariamente iguales. Tendrán que profundizar en el conocimiento del mismo, buscando y analizando información, contrastando fuentes, organizando argumentos a favor y en contra… Su comprensión del problema planteado será ENORME, por no decir completa, y abarcará no solo el concepto o idea original, sino gran parte de las consecuencias, positivas y negativas que otras personas, expertos, organizaciones, etc. han valorado. Y a partir de su análisis de toda esta información, tanto objetiva como subjetiva, aparecerán sus propias reflexiones, su propia generación de conocimiento. Seguimos adquiriendo competencias básicas. Y estamos mejorando nuestra capacidad de convivir.
  3. Tendrán que comunicarse los resultados de su trabajo de investigación y reflexión, transmitirse las ideas recogidas y elaboradas durante el proceso, comprender la información que reciben, y encontrar la manera de distanciarse emocionalmente de los argumentos para proporcionar los distintos puntos de vista sin ofender, y aceptar sin ofenderse aquellos que vengan del resto… A estas alturas somos muy competentes, en competencias básicas, y en otras no tan básicas. Y estamos a punto de poder convivir sin problemas…
  4. Por fin, sabrán qué postura deben defender como equipo. Y para ganar, deberán hacer suyos los discursos más sólidos y convincentes, los argumentos más elaborados, tanto si están de acuerdo como si no lo están. Entenderán los entresijos del pensamiento contrario y propio, tanto como para ser capaces de volcarse enardecidamente a la defensa de algo que, posiblemente, contradice sus más íntimas convicciones. En este momento, somos seres humanos competentes, y la convivencia pacífica y empática está entre los valores más altos de nuestra escala.


Tal vez me equivoco, pero creo que es algo insólito que una persona aprenda a reflexionar por si sola sobre material externo, y no solo “interno” (sus propias ideas y preconceptos), y aún más raro que aprenda a reflexionar “en equipo”. La práctica del debate como ejercicio me parece extremadamente provechosa para el desarrollo de las competencias básicas en todos los niveles de enseñanza, en todos los ámbitos del conocimiento.

Mi reflexión sobre la convivencia, aunque impuntual, es de gran alcance: a convivir no sólo se aprende conviviendo, sino “metaconviviendo”: desarrollando desde edades tempranas actividades que faciliten y promuevan la reflexión sobre las diferencias, practicando las actitudes necesarias para que nuestro respeto hacia estas diferencias sea real y visible por los demás.

La capacidad de reflexionar, en mayor o menor profundidad, sobre cualquier hecho de nuestra vida, puede adquirirse a través de la práctica. Cuando pensamos acerca de una cuestión, tratando de tomar una decisión bien fundada para posicionarnos o para actuar, necesitamos investigar, leer sobre las distintas posturas que adoptan otras personas, analizar los argumentos que esgrimen… En este recorrido por el conocimiento y la opinión ajenos, encontramos explicaciones que se ajustan a nuestro modo de entender la vida, de vivirla, y otras que nos parecen insostenibles, cínicas, o simplemente no aceptables desde nuestro código ético. Pero hemos realizado ese viaje, y todo lo que hemos recogido nos sirve para confirmar, cada vez, que existen personas a nuestro alrededor que VIVEN, SIENTEN y PIENSAN de manera DIFERENTE a la nuestra.

Podemos optar por dar la espalda a esta realidad, considerar que es una desventaja de la sociedad actual que queremos evitar construyendo muros a nuestro alrededor.

O podemos aceptar el desafío de crecer continuamente como personas, a través del ejercicio persistente de nuestro libre albedrío, reflexivo e informado, y hacer que nuestra sociedad crezca con nosotras y nosotros, para convertirla en el marco en el que TODOS y TODAS queremos (con)vivir.

(la foto es de Juan F. Morillo, disponible en el Banco de Imágenes del ITE)